El concepto de homeopatía fue desarrollado por Samuel Christian Hahnemann en 1808, médico y químico alemán. El término homeopatía proviene del griego hómeos (similar) y páthos (enfermedad).
Técnica terapéutica basada en una observación clínica completa y rigurosa que conduce a la prescripción de medicamentos homeopáticos cuyas indicaciones proceden de una farmacología fundamentada por una constatación experimental que es la similitud y se considera que fue el primer sistema médico que trató de evidenciar de forma sistemática los efectos de cada sustancia en el organismo.
El fenómeno de similitud se observa en numerosos ámbitos, incluido en ciertos medicamentos convencionales. Se basa en el hecho de que una misma sustancia puede tener efectos diferentes u opuestos según la dosis empleada y la sensibilidad del sujeto.
Esta terapéutica estimula las capacidades curativas naturales del propio cuerpo para recuperar la salud, vitalidad y bienestar, usando medicamentos que actúan restableciendo el equilibrio, curando el interior de la persona y la tratan en su globalidad.
Con la homeopatía tenemos una amplia gama de posibilidades terapéuticas donde el paciente será el gran beneficiado, siendo ésta útil en un extenso abanico de enfermedades y problemas de salud, que puede darse como tratamiento exclusivo, o complementado con otros fármacos o intervenciones, o puede ser complementario a otro tratamiento principal, dependiendo de la enfermedad, de la gravedad y de la situación del paciente.
Las principales razones por las que se busca este método son: